Greenpeace coloca una sartén gigante con un “planeta frito” frente a La Manga para alertar del calentamiento global

La estructura,  de 12 metros de diámetro, un mango de 8 metros de largo y de más de 500 kilos, ha tenido que ser instalada por más de 20 activistas debido a su dificultad técnica.

Greenpeace coloca una sartén gigante con un “planeta frito” frente a La Manga para alertar del calentamiento global

Más de 20 activistas de Greenpeace procedentes del Rainbow Warrior han hecho flotar una enorme sartén con un planeta en forma de huevo frito frente a las costas de La Manga del Mar Menor, para alertar del calentamiento global (y especialmente de los océanos) y una pancarta flotante con el lema “Planeta frito”. La sartén, de 12 metros de diámetro (113 m2 en superficie) y 8 metros de mango y más de 500 kilos (1), tiene en su interior un huevo frito en cuya yema puede verse un mapa del mundo con el que se simboliza que el cambio climático dejará un planeta frito si no se toman medidas urgentes.

Debido al cambio climático, causado por las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la quema de combustibles fósiles, el planeta se está calentando más de lo que lo había hecho desde que existe la civilización humana, y los océanos acumulan la mayor parte de ese calor, lo que provoca borrascas y huracanes cada vez más intensos, fenómenos de “gota fría” (dana) y subida del nivel del mar. Con esta imagen la organización quiere demandar a los gobiernos europeos que reduzcan sus emisiones hasta cero neto en 2040 para así evitar que las temperaturas globales aumenten por encima de 1,5 ºC, tal como se comprometieron en el Acuerdo de París, y evitar así los peores impactos del cambio climático.

“Hay que actuar antes de que el océano (y el resto del planeta) se convierta en una sartén hirviente que haga imposible la vida”, ha declarado Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace. “La obligación de cualquier gobierno es escuchar a todas las personas que ya están en marcha por el clima y acelerar la transición a un sistema energético basado en renovables al completo y en manos de las personas. El objetivo de reducción de emisiones propuesto por el actual Gobierno del PSOE es insuficiente, y debe aumentarse para que a nivel nacional las emisiones se reduzcan a más de la mitad para 2030 respecto a las de 1990”.

La organización ecologista recuerda que la temperatura atmosférica media global ya ha aumentado 1 ºC desde la época preindustrial, mientras que las de la superficie de los océanos lo han hecho en más de 1,1 ºC. Recientes estudios desvelan que las temperaturas superficiales del océano se han incrementado incluso más rápido de lo que se pensaba. La temperatura de la superficie del mar Mediterráneo ha aumentado 1,09 ºC desde 1982. En 2018, el tramo principal de océano, desde la superficie hasta los 2.000 metros de profundidad, estuvo más cálido que nunca, algo más de una décima de grado Celsius más cálido que la media a largo plazo, tras casi tres décadas de calentamiento constante.

Esto es debido a que los océanos absorben y acumulan el calor. El grupo de personas expertas sobre cambio climático de Naciones Unidas (IPCC), estima que los océanos han absorbido más del 93% del exceso de calor retenido por los gases de efecto invernadero desde la década de los 70.

El aumento de la temperaturas del mar contribuye directamente a la subida del nivel mar, debido a la expansión que sufre por el calentamiento del agua, y tiene graves consecuencias meteorológicas como la formación de lluvias más intensas o incluso de huracanes más peligrosos, pero además supone una enorme amenaza para la fauna marina. Al ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero el 17 % del total de la vida marina desaparecería para el año 2100 por el incremento de las temperaturas oceánicas (2).

El informe de Greenpeace Cambia la energía, no el clima recoge algunos de los penúltimos datos del calentamiento planetario y oceánico:

Los últimos cuatro años han sido los más cálidos registrados en la historia de la humanidad.

El mar está también cada vez más caliente y desde 1993 el nivel del mar ha subido 3,4 milímetros. Esto está ocurriendo especialmente en el mar Mediterráneo, punto caliente en materia de cambio climático: desde 1982 hasta hoy su temperatura ha aumentado 1,09 grados, superando los dos grados en algunas zonas.

Según la AEMET, el verano se ha alargado en España cinco semanas más (9 días por década), con “olas de calor” cada vez más frecuentes e intensas.

Junio ha sido el más caluroso jamás registrado, y durante la última ola de calor que ha azotado España y Europa hemos pulverizado récords de máximas mensuales en 33 observatorios de la red principal española, según la AEMET. En Francia se batió el récord de temperatura nacional con 45,6 ºC.

La AEMET informa de que la frecuencia de las olas de calor severas, debido al cambio climático, han aumentado en diez veces desde principios del siglo XX.

El nivel del mar podría crecer por encima de los dos metros de altura antes de que termine el siglo XXI. Unos 187 millones de personas se verían obligadas a desplazarse hacia el interior.

Greenpeace considera que estamos en una situación de emergencia climática, a la que hay que responder no con declaraciones sino con objetivos y medidas políticas contundentes y efectivas. Por eso, la Unión Europea debe llevar sus emisiones netas a cero en 2040 y reducirlas en 2030 en un 65% respecto a 1990. España debe reducirlas al menos un 55%, no el exiguo 20% que propone actualmente.

El Rainbow Warrior ‘En marcha por el clima’
El barco de Greenpeace, Rainbow Warrior, está recorriendo las costas europeas en su campaña En marcha por el clima. Tras visitar Rumanía, Bulgaria, Grecia e Italia, el barco visita España durante un mes, recalando en los puertos de Barcelona, Málaga y Vigo. El pasado 5 de Julio, durante su parada en Barcelona, fue recibido por la alcaldesa y visitado por más de 2.000 personas y numerosas autoridades. Además, tuvieron lugar a bordo dos talleres sobre ciudadanía energética, que se vieron rebasados por la asistencia de participantes.

En esta campaña, Greenpeace está reuniendo a numerosos colectivos que ya están “en marcha por el clima”, entre ellos los movimientos climáticos juveniles, representantes de la comunidad científica (con una especial atención a la meteorología y climatología), y personas que ya están contribuyendo a luchar contra el cambio climático con su modelo de energía, formando parte de la denominada ciudadanía energética. Todos sus testimonios han sido recogidos en el informe, presentado en Barcelona, Cambia la energía, no el clima.

Greenpeace coloca una sartén gigante con un “planeta frito” frente a La Manga para alertar del calentamiento global