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Sigue la carrera contra la covid: toca dosificar el esfuerzo y no tirar la toalla

Para algunas personas esta "maratón" se está haciendo más complicada al entrar en juego otros factores
Sigue la carrera contra la covid: toca dosificar el esfuerzo y no tirar la toalla
Una mujer toma el sol en el balcón de su casa en Madrid.
Una mujer toma el sol en el balcón de su casa en Madrid.

Los últimos kilómetros de la "maratón covid" están siendo los más duros y el desánimo y la ansiedad siguen creciendo en las consultas de los psicólogos, pero es ahora cuando toca dosificar los esfuerzos, no tirar la toalla y predisponerse a estar bien: podemos tener "una vida plena" pese a la pandemia.

Para algunas personas esta "maratón" se está haciendo más complicada al entrar en juego otros factores como la gran nevada, que volvió a recluir a familias enteras en sus casas, o la falta de luz y el frío del invierno.

En sendas entrevistas con Efe la psicóloga sanitaria y forense Timanfaya Hernández y el psicólogo clínico Vicente Prieto coinciden en que se ha acentuado el desgaste emocional, la apatía, el desánimo y la sensación de indefensión a principios de año, porque las noticias negativas continúan sucediéndose y la vacuna no está siendo la panacea esperada.

"En los grandes maratones se dosifican los esfuerzos. Estamos en los últimos kilómetros pero son los más complicados, es en los que más gente cae. Tienes la luz de la meta y el agotamiento de lo recorrido", explica Hernández .

Utilizando el mismo símil, Prieto señala que hay personas que han sabido administrar sus fuerzas, pero también "hay quienes ya se han desfondado, no pueden dar un paso más" (pérdida de un ser querido, desempleo, problemas económicos de toda índole, depresión...).

Incluso hay personas en las que se ha hecho crónico el miedo, la ansiedad y que no quieren salir de casa.

¿Cómo sentirse mejor?

"No debemos tirar la toalla. Sin perder una percepción muy realista de las cosas, debemos focalizar la atención en lo que yo puedo controlar directamente y es ahí donde puedo encontrar una vida plena dentro de una situación realmente difícil", apunta Prieto, vocal del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

Cumpliendo todas las medidas sanitarias de protección, "puedo salir a dar un paseo y si no puedo quedar con gente voy a intentar disfrutar solo y comunicarme con mi familia y amistades a través de las nuevas tecnologías. Y si no puedo acudir con la misma frecuencia de antes al teatro o al restaurante puedo espaciar los tiempos".

"Tenemos que predisponernos a estar bien -subraya Prieto- porque lo que es evidente es que las cosas malas vienen solas. Tenemos un recorrido donde el ser humano es capaz de remontar las circunstancias más adversas".

Además, hay que "intentar estar tranquilos, no tener tanta sobreinformación, distraernos, conversar de más cosas que no solo sean la covid-19, el Erte, la política, sino de nuestras ilusiones y de lo que vamos a hacer, en definitiva tener un recorrido individual para afrontar esta situación complicada porque vienen novedades a las que tenemos que adaptarnos".

"Todavía estamos a tiempo, esto es un proceso, no es el fin. Estamos a tiempo para tener la máxima calidad de vida bajo un paraguas de una pandemia que históricamente siempre hemos superado, incluso con peores medios", afirma el psicólogo clínico.

El almacén de la paciencia se va agotando

Timanfaya Hernández explica que la ansiedad se manifiesta de distintos modos en función de nuestra personalidad: "hay quienes tienden a una mayor somatización como el dolor de estómago, las jaquecas, los problemas de sueño, y otros a través de una mayor irritabilidad, agresividad e ideas muy rumiativas (sobre la pandemia) . En general, todos estamos un poco más irritables porque esta situación tira del almacén de la paciencia, se agotan las reservas".

En estos momentos, indica la psicóloga sanitaria y forense, hay una situación de mayor desgaste emocional y mayor apatía. La exposición al posible riesgo de contagio causa en muchas personas angustia y síntomas ansiosos, y la ansiedad mantenida lleva a síntomas más depresivos.

Los pensamientos mágicos

Según Hernández, las personas muchas veces tienden a crear una serie de expectativas, por ejemplo que con la llegada de la vacuna el coronavirus iba a desaparecer de inmediato.

"Establecemos los pensamientos mágicos -que son absolutamente necesarios para ir viviendo-, pero no hay que olvidar tener siempre un pie en tierra. Hay que saber calibrar qué es real, de lo contrario nos frustramos", comenta.

Igualmente, Prieto apunta a la frustración generada porque pese a la vacuna sigue habiendo muchos contagiados y muertes. Al final queda "la reflexión de que siempre estoy en el mismo sitio y eso tiene un impacto emocional importante". Consecuencia de ello es que hay un mayor número de personas que necesitan apoyo psicológico.

Frente a este panorama "la pregunta clave es no solo qué puedo hacer yo para estar bien sino todos; hace falta una visión más social y solidaria. Lo importante del mensaje es que estamos a tiempo de tener una vida plena dentro de este momento que nos toca vivir", concluye el psicólogo clínico. 

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