Galerí­a Multimedia

Localizan en Bullas un zulo lleno de armas y artefactos explosivos

La Guardia Civil de la Región de Murcia, en el marco de la operación ‘REFON’, ha detenido a una persona que había habilitado un zulo bajo un inmueble de Bullas, en el que almacenaba gran cantidad de armas y artefactos explosivos. 

Las actuaciones se iniciaron cuando la Guardia Civil detectó la posible existencia de un almacén privado en Bullas que al parecer albergaba gran cantidad de armas y otros objetos relacionados con éstas.

Efectivos de Prevención de Seguridad Ciudadana de la Benemérita abrieron la correspondiente investigación para verificar los hechos y, en su caso, esclarecerlos con la detención de la persona responsable del acopio de armas y la incautación de las mismas.

Durante las últimas semanas, la Guardia Civil ha desarrollado una serie de pesquisas que han permitido verificar el depósito supuestamente ilícito de gran cantidad de armas en un inmueble de Bullas.

Una vez obtenidos todos los indicios necesarios, durante los últimos días, la Guardia Civil ha efectuado la entrada y el registro en un inmueble de Bullas, en el que se ha localizado un zulo totalmente camuflado, donde se almacenaba gran cantidad de armas, munición y artefactos explosivos, y se ha detenido al presunto autor de los hechos por delitos de tenencia ilícita y depósito de armas.     

La gran mayoría de las armas y explosivos incautados se encontraba en un zulo bajo tierra al que se accedía por una puerta oculta en el suelo de un almacén, la cual se abría con un interruptor que estaba oculto. Al accionar el interruptor se ponía en funcionamiento un motor que elevaba la puerta del suelo de hormigón y a través de unas escaleras se accedía al zulo subterráneo.

Además de las armas, en el habitáculo también había una mesa de trabajo con herramientas varias, por lo que no se descarta que el ahora detenido pudiera haber utilizado el zulo con la finalidad de manipular y modificar armas inutilizadas para su puesta en funcionamiento.

Los explosivos incautados –dos proyectiles de mortero y dos granadas de mano– han tenido que ser detonados por el Grupo de Desactivación de Explosivos (GEDEX) de la Guardia Civil, dado el peligro de explosión que conlleva su manipulación.